Mis nubes
Sigfredo, querido, mira que buena foto mía me han prestado:
Mira Sigfredo la increíble foto que ha hecho Fran.
Verdad que es preciosa? En cuanto me la dió no pude dejar de sonreir porque sentí que me definía muchísimo. Ya sabes, Sigfredo, que yo soy así, con la luz al fondo.
Recuerda querido, cuando te hundas, cuando te sientas inmerso en negro, que ahí detrás queda siempre un resquicio brillante, y que mientras quede esa luz podrás volver a ser tú y que toda la pena se pasará, o al menos se volverá más liviana y podrás llevarla contigo.
Sigfredo, hace tiempo que no ves la casa ni la ventana. Sigue todo igual. ¿Te acuerdas de cuándo nos reíamos y decíamos que como esto siguiera así la casa iba a parecer Scotland Yard? Yo me acuerdo sobretodo de cuando quisiste aprender a pintar y pintabas jarrones y frutas y cosas que no se movieran porque tardabas mucho en acabar un cuadro. ¡Hasta que te dió por pintar la ventana! Cómo me reí, me quedaba horas viendote pintar, esperando para ver la cara que pondrías cuando te dieras cuenta de que las nubes cambian y que ya no estaban como cuando empezaste. Pero no fue así. Durante mucho tiempo sostuve que esas nubes se llevaban tan bien contigo que os pusisteis deacuerdo para gastarme una broma.
Es curioso. Ahora estoy escribiendo con el cuadro enfrente y veo la ventana reflejada en la pantalla. Siguen igual, Sigfredo, las nubes siguen exactamente igual, igual que hace siete años, cuando pintaste el cuadro... bueno, casi... son iguales en forma, pero un poco más grandes... ahora ocupan más parte de la ventana.. no me había dado cuenta por la electricidad, pero es cierto que ahora entra menos luz que hace años. Qué extraño.
En realidad, debo confesarte que no me siento sorpendida... supongo que en el fondo lo sabía... y supongo que era porque lo sabía por lo que llevo mucho tiempo evitando mirar la ventana, evitando fijarme en ella por miedo a descubrir que efectivamente estaban creciendo... Era absurdo pensar que ellas solas se iban a hacer más pequeñas.
¿Significa eso que tengo algo que ver en el proceso? ¿Crees, querido, que puedo empequeñecerlas de algún modo? Suena absurdo... ¡son nubes! ¡nuestras nubes! no veo qué tienen que ver conmigo, aunque sean nuestras nubes.
Tengo miedo, Sigfredo, quizás cuando regreses las nubes hayan tapado toda la ventana, quizás hayan hecho desaparecer la casa.
Tengo miedo por Henry, hace mucho que dejo de poder cerrar su ventana.