La vuelta a casa
Querido Sigfredo, tengo una imagen grabada en la cabeza.
Es una tarde fría de invierno. Yo salgo de trabajar cuando ya ha oscurecido. Los pocos que hay en la calle se esconden bajo sus abrigos convirtiendo la plaza en una procesion de sin rostros.
Camino deprisa, con ganas de llegar a casa. La cabeza gacha, sin un solo buen pensamiento que ofrecerle al mundo, salvo esa música en mi cabeza que me habla de la vuelta a casa.
Me doy cuenta de que no está en mi cabeza sino en mi oído. Esa música. Estoy segura de no haberla oído nunca y sin embargo puedo predecirla. La conozco. ¿Por qué?
Asomo la cabeza desde mi abrigo y busco a mi alrededor siguiendo el sonido. Hay un hombre sentado en uno de los pasos que dan a la plaza tocando el acordeón. Regalándome su canción.
Me detengo un segundo al contemplarle y al reanudar el paso y seguir escuchando me doy cuenta de lo familiar que es todo. Por fin lo entiendo.
Cada día de los últimos 6 meses he pasado por el mismo paso contiguo al de ese hombre a la misma hora, oyendo su canción. Caminando deprisa, sin verle, sin oirle, mientras su canción iba poco a poco haciéndose un hueco en mi cabeza, conviertiéndose en la banda sonora de mi vuelta a casa
2 comentarios:
Tu vuelta a casa... Suena con añoranza. ¿No debería ser al revés?
Besos
por cierto, me he tomado la libertad de pasarte un meme... Bueno, lo haces si te apetece, por supuesto. Más información, en mi blog.
Besitos
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