28.4.06

Esta vuelta me quedo


Sigfredo, querido, hacía mucho que no te escribía.

Esta tarde, estos días, he sentido mi cerebro y he intentado centrarme en él, averiguar cómo se sentía. Lo siento como si levitara, como si no tocara las paredes que le contienen. ¿Sabes esas bolitas transparentes que contienen líquido y otra bolita con plomo dentro y una cara pintada? Esas que de niño echabas a rodar y la cara siempre se mantenía hacia arriba, sonriendo.¿Recuerdas?

Mi cerebro es ahora mismo como la bola pintada: flota en el líquido, no gira cuando su continente rueda, se queda flotando, quieto, con cuidado de no tocar nada.

Supongo que lo hace intentando conectar sólo lo básico, no quiere conectarlo todo, tiene miedo de lo que sabe que puede encontrar. Además está muy entrenado para presentir cuando está cerca y evitarlo. El pobre está en tensión.

¿Sabes Sigfredo? Me siento como si estuviera en una plataforma encima de la tierra, de pie, quieta, mirando cómo el mundo gira despacio debajo de mí, cómo todos se mueven, hablan, caminan, trabajan... y yo los miro, dejando que giren. No te asustes, no es algo triste, no siento que se alejen y yo me quede, el mundo no se aleja, sólo da vueltas. Es sólo que esta vuelta yo prefiero quedarme fuera, mirando. Ya bajaré en la siguiente.

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